miércoles, 13 de enero de 2021

EL RESTAURANTE DE ALPEDRETE II

 



2006-09-10 13:17:20 

.Tengo un presentimiento, pensó Cándida. Este hombre es especial, su forma de mirar, de tocarme suavemente del brazo. Esa media sonrisa. Sus ojos, sus ojos me pierden. Me pierdo en su mirada. Le miro y noto que me ruborizo. Estoy algo tonta, todo me sale mal.

- Disculpa se me cayó el zumo de naranja.

El de inmediato llamó al maitre que le trajera otro. Era ante todo un caballero.

Se le cayó al suelo la caja de cigarrillos y pudo obserbar con absoluta nitidad unas largas, esbeltas y bien torneadas piernas. Sintió que algo se encendía dentro de él. No, no es el momento. Aún no.

- Gracias por los pitillos. No debería fumar por ser cantante, la garganta y todo eso, pero me importa un carajo. Tengo el vicio desde los quince y ya nada puede pararlo.

_ ¿Esta hablando de vicios? A mi se me ocurren unos cuantos que se pueden llevar a cabo si... Rodrigo no seas así, se decía. A una dama hay que respetarla, pero esta tiene aspecto de puta. Tal y como va vestida.

Mientras ella por esa boquita de piñon hablaba y hablaba. Le contó toda su vida. Lo único que escucho que su novio se había largado con su amiga de toda la vida, la guarra.

- Muchacha no utilices esos lenguajes, no esta bien en una dama. ¿Y tu no dirías lo mismo si te levantan la mina? Delante de tus narices, pibe. Actuba en el Casino Royal y elos tan felices bebiendo champagne. No me di cuenta. Siempre una es la última en enterarse.

- Pasó eso hace mucho, me refiero si ya estas recuperada.

- Rodrigo es que estas tonto o qué, de las cosas del corazón no te olvidas fácilmente. Ha pasado un año, pero claro no soy de piedra asi que tengo mis amorios por ahí.

Mientas de lo decía le miraba devorándolo con los ojos. ¡Está buenísimo! De esta noche no pasa.

Cándida



2006-09-09 22:00:40
.En efecto, Rodrigo se ha quedado paralizado ante tanta belleza y mucho mas por que se ha sentado con el. Nuestro joven se queda callado un momento, rosa con su dedo el filo de la copa llena de azúcar, absenta, y agua helada.

“Así que tu padre es argentino, yo soy mexicano, de Chihuahua. Por la absenta no te preocupes la he bebido durante varios años y se medirme. Me agrada el efecto que esta bebida mística produce… (silencio) además has acertado, mi alma se encuentra perdida en un abismo profundo sin salida alguna mas que el alcohol y mi guitarra, algunas gentes me llaman la versión moderna de Agustín Lara, yo que se… (silencio) no me has dicho tu nombre, yo soy Rodrigo Contece.”

El muchacho no se ha dado cuenta de que ha empezado a hablar como perico sin dejar que la dama exprese palabra alguna, pueden ser los nervios o los tragos de absenta, tal vez el hada verde ha entorpecido sus sentidos y la mujer sentada frente a el puede ser una jugarreta de su mente, una ilusión del efecto narcótico de la bebida. Disimuladamente recorre la mesa con su mano hasta llegar cerca de los dedos de la muchacha que descansan sobre la mesa, toca esa mano tan tersa y rápidamente encoge el brazo, esa mujer es mas real que el dolor imprescindible en su alma, busca en su pantalón y saca una aplastada cajetilla de cigarros Faros. “Es lo único que tengo, si encuentras alguno vivo es tuyo”, dice mientras que sus ojos se clavan en esa hermosa boca de manzana que sonríe.

R.C.


2006-09-09 14:48:12

Cándida después de la actuación la pasada noche se siente hambrienta, se comería un caballo y todo lo que le pongan. Hospedada en el hotel se dirige al Restaurante de Alpedrete para reponerse del esfuerzo físico que ocasiona toda la noche bailando y cantando en directo.

Lleva lencería negra, medias, botas altas de tacón de aguja, una fusta en la mano porque la obligan entrar disfrazada al restaurante. Se ríe de pensar que parece una cortesana de lujo, una madame sado-maso.

Coqueta mueve su melena ante el joven que está sentado en la mesa del fondo. Es el único comensal del famoso restaurante.

Se acerca moviendo las caderas, y con una sonrisa le pide un pitllo de tabaco rubio. La sonrisa se le queda congelada en la sangre al ver al muchacho con una botella de absenta.

- ¿Dónde vas pive? No sabés que no tenés que tomar eso. Te producira una úlcera inmediata, o lo que es peor la muerte instantánea.

Rodrigo, meditabundo mira a la joven de cabellos de oro. Se queda paralizado de la impresión. Parece un ángel. Nunca había visto alguien con tanta belleza. Unas curva tan... tan...curvas. La figura de la bellísima mujer que está a su lado le deja mudo por la sorpresa.

- Por favor, no lo hagas. No merece la pena. Si un presentimiento me trajo aquí. Es por algo. Tu eres un alma perdida.

- ¿Qué dices? ¿Estas loca?

- No loca, lo que se dice loca del todo no estoy. Soy psiquica. Esa es la razón que me llegaran tu mensaje de socorro, de miedo. Lo capto todo. Soy algo medium.

- ¡Ah! Si, no me digas. Rodrigo pensó que la muchacha estába como una cabra, pero bien buena estaba. Requetebuena.

_ ¿ Te importa me siento y conversamos un poquito?

_ No, no por favor, cuentame algo de tí ¿eres argentina?

_ No, mi padre lo es, salí con su acento del vientre de mi santa madre.

- ¡Ah! Rodrigo piensa cada vez que ese bombón no está en sus cabales, pero qué más dá. Es todo un lujo para los sentidos.



Rodrigo ha visto todo el acontecimiento antes de salir del restaurante, los recuerdos de su propia familia comienzan a acosarlo.

Su padre, hombre de campo, nunca pudo comprender los problemas del joven, su madre intentaba ayudarlo pero su padre la controlaba demasiado. Abandono su hogar cuando tenía 15 años.

Rodrigo se sienta por unos instantes en la silla, llama al maître de nuevo.

“Disculpe la molestia, necesito una botella de absenta.”

El maître, claramente sorprendido, recomienda otros tragos que el joven niega, entonces se aleja para traer el pedido…


Vestido totalmente de negro, con jeans y camisa con una calavera, su pelo largo y la guitarra en la mano es confundido fácil con un cantante de música heavy en el restaurante. La cocinera se asoma para ver al guapo muchacho y con el camarero hace apuestas quién se lo llevará antes al huerto.

Sentí observa callado la escena de su familia. Se le empieza a poner el vello de punta. La sangre es la sangre. Ese pequeñazo que engulle patatas es su hermano desaparecido.

Tiene aspecto indefenso, el pobre. Pensándolo bien puede que sea divertido tener un hermanito, le hará toda clase de bromas y fechorías. Ya tendrá quien le limpie los zapatos, y ya nunca más tendrá que ir por el periódico ni el pan los fines de semana. Y lo de colaborar en la casa, ya no será sólo tarea de uno. Le estaba pareciendo bien la idea.

Sonriendo, se acercó por la espalda, y le dio una palmada. El Bolsa casi se atraganta.

- ¡Sentí! No seas burro, que lo hemos reencontrado hoy después de tanto tiempo no vayas a lastimar al niño.
- Madre, eres más exageradas que la tía Angustias.

¡Ay! Cuando se entere la tía Angustias de que apareció su ahijado. Zoilo llámala rápidamente que la vieja solterona tiene plata y nos puede sacar de más de un apuro.

Santi, hermano del Bola

2006-09-09 08:45:42
Zoilo sintió que la emoción le embargaba al sentir su carne de su carne, tan cerca de el. Con la ropa de trabajo, algunos creerían que iba disfrazado de mecánico como el bien sabía que era norma del restaurante.

Miró a su hijo mayor y le sintió algo molesto sin saber el por qué. No paraba quieto ni un minuto, una pierna a otra, con gesto disgustado. Pensó el bueno del padre si no estaría molesto después de ser hijo único tantos años le viniera de repente un hermano.

En cualquier caso la familia saldría adelante, era cuestión de tiempo y paciencia. Como me llamo Zoilo Bertoluzzi. Un poco de disciplina no está mal en los tiempos que corren.

Miró a su pequeño, y se empezó a enternecer. Goterones salían por sus verdes ojos, se sentía embargado por la emoción. Venga, sentaos todos, que vamos a comer las delicias del restaurante tan afamado ahora que estamos aquí. ¡Estamos de celebración!

- ¡Maitre! Venga por favor.
- Alpedrete no se termina de creer el movimiento de los últimos días
en su restaurante. Alguien ha debido correr la voz que su cocina internacional es de la más suculenta de todos los hoteles de los alrededores.



2006-09-09 08:31:35
Mirta Bertoluzzi disfrazada de Marilyn Monroe, con peluca rubia preguntó en la recepción del Hotel, dónde le informaron que su hijo se encontraba en el restaurante de Alpedrete.

Cuando entró la familia entera, vieron al fondo a un niño con un solomillo y un gran plato de patatas fritas. No comía engullía vorazmente.

Miró a su hijo mayor y exclamó ¡Es como tu de pequeño! Igualito, igualito.

- ¡Hola! No te asustes, pero somos tu auténtica familia. ¡Mi hijoooo! Empezó a llorar desconsolada, de que ya la policía y todo el mundo le daba por muerto.

- No llores. ¿De verdad eres mi mami? dijo con voz entrecortada por la emoción. Perdona, no puedo hablar, es que.... No puedo.

Mirta

2006-09-09 08:19:43

La señorita de la guardería dejó a El Bola en una mesa del Restaurante de Alpedrete. Le dijo que se quedara muy quieto que de un momento a otro vendrían sus papis.

El Bola se mordió las uñas mientras esperaba.

Mirta Bertoluzzi- Era una sobreviviente, en todos estos años de que su querido hijo menor había desaparecido no dejó de poner su imagen en tetrabrick de leche, con grandes letra rojas: DESAPARECIDO. Un sonrosado bebé de meses miraba al objetivo fotográfico con una sonrisa, sus gordezuelos mofletes y ojos llenos de felicidad.

Salió en la televisión local, en diferentes periódicos. Asociaciones de la iglesia, pero todo fue en vano. Su pequeño, El Bola había desaparecido de la faz de la tierra.

El día de la llamada de Manolo, su antiguo vecino sintió un sobresalto, un presentimiento. Las buenas nuevas no podían ser mejores, su hijo pródigo había aparecido.

Telefoneó a su marido para que la recogiera ese día, en su viejo volkswagen. Zoilo Bertoluzzi no daba crédito a las palabras de su mujer. Dejó el coche que estaba reparando, y le dijo al ayudante que no volvería en toda la tarde.

Santi, alto, desgarbado con la cara llena de acné era un adolescente difícil que no le hizo ninguna gracia salir de casa porque actuaba su grupo de rock preferido “Mago de Oz”.

Se encaminaron al Hotel cada uno con sus pensamientos.
El bola

2006-09-07 21:26:07
.Rodrigo ha visto todo el acontecimiento y continua dándole sorbos a su sopa de verduras, la comida ligera siempre le ha apetecido, especialmente la comida oriental. Termina, se recarga tranquilamente en la silla viendo al techo y los recuerdos comienzan a martillar.

El bar, la pelea, la sangre en el suelo y después… la vos del maître lo regresa a la realidad.

“¿Apetece algún postre, joven?”

“No gracias”

“¿Algo mas con lo que le pueda servir?”

“La cuenta… por favor”

El maître se aleja y Rodrigo queda ahí, solitario, pensativo, con los demonios internos destrozando la poca cordura con la que cuenta…

R.C






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