domingo, 13 de febrero de 2011

Los personajes del viejo Hotel














PERSONAJES DEL VIEJO HOTEL

EL CONSERJE

Es un hombre cincuentón, muy bajo y esmirriado. No es demasiado considerado por su familia(vive con su madre y una hermana, es soltero), quizá porque es soltero, quizá porque esperaban más de él. Pero él se siente protagonista de cada hecho, e inclusive de cada personaje que pasa por el hotel. Siente que tiene autoridad, y que puede controlar situaciones difíciles. Sabe desempeñarse, conoce idiomas, sus superiores están muy conformes con él.
Sin embargo, el conserje, tiene oculto el dolor de no sentirse apreciado por su familia, y sueña con el amor, que la inseguridad o las circunstancias le han negado.

ALOIXIUS ALPEDRETE, MAITRE DE HOTEL

Estaba considerado como uno de los mejores maitres del mundo y esta fama no nació precisamente de cotilleos en la prensa rosa, sino de largas y estiradas estancias en los mejores restaurantes, hoteles y mansiones de la realeza y de la riqueza.

Cuando el hotel "Joie de vivre" hizo un casting para fichar maitre, Aloixius se presentó, buscando un cambio de aires, de perfumes, de emabiente, de menús, de paisaje, pero sobre todo de gentes. Estaba harto del estiramiento que se predicaba en las grandes cortes y necesitaba una excusa para desmelenarse. Se enteró de que en dicho hotel iba a primar más la alegría de vivir que la etiqueta para vivir "comme il faut", y se presentó al casting dos horas antes de que abrieran las puertas del gran salón azul del hotel.

Conforme iban llegan sus colegas y le veían allí sentado en la sala de espera, tan estirado que daba gusto verle, se lo pensaban dos veces, ni una más y decidían marcharse por considerarse incapaces de competir con la fama y el buen hacer de Alpedrete. De esta manera la plaza le fue adjudicada por unanimidad.

Aloixius es un hombre alto, canoso, hierático, siempre vestido de manera apropiada a las circunstancias, sean éstas las que sean. Soltero por incapacidad para seducir a las mujeres, se dedicó a seducir a los potentados de este mundo con su servilismo y buenas maneras. Para ello aprendió todo lo necesario sobre vinos y licores, alimentos y su preparación, etiqueta y psicología humana, muy necesaria para un buen maitre.

No es así como se ve él, pero así es como le percibe el narrador, que sabe bastante más al respecto. Aguanta todos los insultos y malas maneras mientras procedan de gente con dinero y poder, pero si éstos tienen la desgracia de caer en la bancarrota o ser desposeido del cargo, sufrirán una severa venganza, si se les ocurre solicitar los servicios de Alpedrete.

A los currantes o "viva la virgen", como Olegario Brunelli, les trata con desapego, siempre balanceándose entre sus congénitas buenas maneras y su desprecio de dios olímpico.

Aloxius gusta de disfrazarse de persona normal para congeniar con todo el mundo al menos una vez. Entonces es capaz de comer y beber en los peores lugares y disfrutar con las maneras más groseras. Es un vicio que oculta celosamente y quien lo descubra lo tendrá en sus manos ya que podría chantajearle el resto de su vida.



EL BOTONES, ESBOZO ANTES DE QUE SE TRANSFORMARA EN ALVARITO PINA

Es en el fondo un rebelde. Su padre tiene acciones en el Hotel, y un puesto importante. En realidad, lo ha sacado de un problema por tenencia de drogas, en el que el chico no tiene nada que ver, sino a través de su novia. Sin embargo, y como corre el riesgo de ir a la cárcel, el padre le ha impuesto ese trabajo, a cambio de cubrirlo a él y a su novia, además de tenerlo controlado. Que es lo que él cree. Terminado el horario de trabajo, el botones, vuelve a vestirse de heavy, vuelve a su moto y a sus correrías. Pero en el hotel, es el mejor discípulo del Conserje. Y hasta lo disfruta.


EL DOCTOR PHILIDOR, EL MÉDICO DEL HOTEL



NOTA: Continuando la serie de personajes humorísticos, le ha tocado el turno al Doctor Filidor. La necesidad de su presencia en el hotel es indiscutible. Con cierta frecuencia se desmayan jovencitas que acuden, como ingenuas palomitas, al latido del corazón de alguno de sus ídolos, bien sean rocanroleros o actores de cine o incluso futbolistas. También sufren desmayos algunas viejas damas (dicen las malas lenguas que buscando la atención del doctor Filidor) y otras no tan viejas que buscan allí a su príncipe azul, entre los millonarios que acuden, solitarios, tras un discreto descanso. El doctor tiene entre sus numerosas cualidades la de ser muy discreto, elegante y hasta exquisito en sus maneras.

Los talleristas seguimos fabricando personajes como churros, con la ilusión puesta en convertirnos en la nueva factoría Disney del siglo XXI. Claro que nuestros personajes acostumbran a ser mucho más corrosivos. Con excepción tal vez del Doctor Filidor a quien hemos hecho un retrato al pastel. Tal vez porque un poco de dulce nunca empalaga.

EL DOCTOR FILIDOR

Gran aficionado al ajedrez. Logró su plaza de médico residente en el hotel Joie de vivre -donde tiene una habitación permanente en el último piso, con vistas al mar- gracias a la influencia de un amigo, gran maestro del ajedrez. Ambos pisaron por primera vez el mejor hotel del Cosmos, en opinión de su director Sr. Pestolazzi, con ocasión del campeonato del mundo de ajedrez, concedido por primera vez a este país, Terraluz, y el doctor Filidor decidió quedarse en él para el resto de sus días.

Para ello pidió a su amigo, cuyo nombre no vamos a dar, porque el nepotismo sigue estando mal visto a pesar de su lado positivo, que intercediera ante su director Sr. Pestolazzi, con el fin de que le fuera adjudicada, a dedo, la plaza vacante de médico residente, creada expresamente por imposición de la FAJEM (Federación de Ajedrez Mundial). Los gerifaltes de este poderoso organismo deportivo temían, muy seriamente, que alguno, o los dos, grandes maestros que disputaban el campeonato ese año, sufriera una peligrosa lipotimia.

El doctor Filidor viste como un petimetre, levita, polainas, sombrero hongo, guantes de piel de cabritilla para cubrir sus manos que sujetan el puño de marfil de su preciado bastón. A escondidas escribe un tratado filosófico. Imitando al gran Aristóteles lleva años trabajando en su "Tractatus de estética o supremacía de la estética sobre la ética". Curiosamente la única belleza que menciona en su libro es la femenina, si bien hay un extenso apartado dedicado a la estética ajedrecística o la suprema belleza del número; como ladrillo primordial en la formación del universo y encrucijada de posibilidades.

Siempre que se le busca está missing, pero el botones suele estar al tanto de sus andanzas, como de las de todo el personal y clientela del hotel. Acostumbra a localizarlo en menos que termina de cantar un gallo. Le gusta tomarle el pelo y preguntar por sus avances en el tractatus de estética femenina (el doctor Filidor tuvo la debilidad de comentárselo una vez "sotto voce").

Como profesional de la medicina es un auténtico desastre, debido principalmente a la dejadez con la que diagnostica a sus pacientes; excepción hecha de las bellas damas, a las que además de auscultar con detenimiento, acostumbra a convencer para que se sometan a sus técnicas exóticas, tales como diagnóstico a través del iris, estudio de humores hipocráticos, estudio del dedo gordo del pie, etc.

El botones, un joven malévolo, cuenta que está soltero porque le gustan todas y no es capaz de decidirse. También suele calumniarle narrando toda clase de ridículas anécdotas de sus chascos con las damas. Claro que esto lo hace a cambio de una buena propina. El doctor acostumbra a usar de sus servicios como recadero de mensajes amorosos. A cambio se ve precisado a darle largas charlas sobre el eterno femenino. El doctor Filidor es toda una institución en el hotel “Joie de vivre”, pero más vale que no soliciten sus servicios si por un casual sufren una indisposición. No podemos aconsejarles que ni siquiera se les ocurra pisar este hotel, porque el narrador vive, entre otras miserias, de los folletos publicitarios que le encarga el director Sr. Pestolazzi.



NOTA DE REGIMEN INTERNO DEL HOTEL.

Al parecer, según me cuenta mi particular servicio de información, nuestro simpático botones se encuentra introduciendo por las ranuras de las puertas unos panfletos, en los que se invita a los huéspedes de este hotel a usar gratuitamente las consultas que se irán abriendo a ritmo de tango (si alguien sabe a qué me refiero que me lo diga).

Me cuentan que el consejo de Admon., siempre tan preocupado por la salud, con énfasis emocional y mental, de sus huéspedes, ha ordenado al Sr. Pestolazzi, que primero se ha cuadrado y luego rezongado, proceda a satisfacer sendas nóminas mensaules a los siguientes profesionales: Dr. Sun, terapia contra patologías y otros parásitos; D. Crisanto, mago blanco, terapia contra el mal de ojo, gafería y mala suerte en general y magia blanca amorosa en particular.

El doctor Sun tiene consulta de 9 a 12 de la mañana, hora intergaláctica estandar, en la suite real, planta 9º, habitación 901. A D. Crisanto se le ha instalado en la planta 101, habitación 10024, ventanas abiertas a los cuatro vientos, siguiendo el consejo de D. Juan, brujo yaqui. Tiene consulta de 20 a 30 horas del planeta Empatrón, sistema solar Alfa-Centauri.

Se recalca que son consultas gratuitas. Pueden pedir hora por carta manuscrita, teléfono móvil o fijo, correo electrónico o "in person". Los correos de estos generosos profesionales son, el del doctor Sun doctorsun901@hitmilsun.com. Y el de D. Crisanto, mago blanco, crisantemus10024@yahisimus.com. No se devuelve nada, suponiendo que los profesionales se hayan equivocado o metido la pata. Al entrar a sus respectivas consultas hagan el favor de rellenar el impreso H-401 renunciando a reclamaciones y querellas por daños y perjuicios. Eso es todo.

Bueno, casi todo. Se solicitan secretari@s para atender estas consultas. Interesad@s presentar currículum al botones, donde quiera que se le encuentre.

Eso es todo, ahora sí.





LI YI, PROFESOR DE TAICHI...A SU MANERA

El Sr. Pestolazzi, dado el nulo éxito de las conferencias de D. Crisanto, mago blanco, decidió contratar por su cuenta a Li Yi, profesor de taichi,a su manera, claro, porque dice seguir un estilo propio, mezcla del Yang, Chen y Wu, más otros movimientos y técnicas inventadas por este chinito, más bien bajito, delgado como un junco, ojos rasgados y tan oblicuos que si el espectador le sostiene demasiado tiempo la mirada acaba por marearse y creer que se está tambaleando. Eterna sonrisa en su boca diminuta, de labios finos, a través de los cuales asoma un diente mal colocado. Es simpático dicharachero, aunque apenas sabe una docena de palabras en español y media en inglés, con las que se ayuda para que su chino resulte aún más incomprensible. Su vitalidad le obliga a estar dando siempre saltitos, haga lo que haga. Se mueve como una serpiente o permanece quieto en la postura de la grulla el tiempo que sea necesario, hasta que el espectador crea haber sufrido una alucinación y descubra que lo que había imaginado un chino haciendo el espantapájaros ahora más bien le parece un arbolito, un bonsai colocado con discreción en una esquina.

En el salón oriental, al lado del chinoise, da clases gratuitas este chinito que sin gran consumo de energía y con muy poco esfuerzo conseguirá que los clientes del hotel descubran el qi y desbloqueen aquellos canales que tienen taponados desde tiempo inmemorial, causa de la mayoría de sus patologías. Y no solo los clientes del hotel, hasta los propios autores pueden colocarse de pie delante de su ordenador y comenzar la primera clase.

Más bien les aconsejo que se tumben porque comenzaremos con un ejercicio para percibir el qi estando tendido. Además de cómo ejercicio de taichi pueden utilizarlo para desarrollar su capacidad de visualización o cómo desarrollar su fantasía a través de imágenes.

Túmbense en el suelo, sobre la alfombra, separen los brazos de su cuerpo unos centímetros. Eleven las rodillas de modo que la planta de los pies quede pegada al suelo. Coloquen una mano sobre el vientre y otra sobre el pecho, concentrándose en la respiración. A continuación desplacen las manos a los lados con las palmas hacia arriba. Ahora mantenga los codos apoyados en el suelo y levante las manos para que las palmas queden una frente a la otra, con los dedos apuntando hacia arriba y las muñecas rectas y relajadas. Respire e intente notar cómo el qi circula por sus manos. Notarán frio o calor o cosquilleo. Su consciencia, centrada en las manos, les hará darse cuenta de un montón de sensaciones que antes les pasaban desapercibidas. Conozcan su cuerpo, descubran el qi.

Y con esto acaba hoy su lección el profesor Li Yi. Y para que se hagan una idea de los muchos beneficios que obtendrán de la asistencia a sus clases, escuchen unos breves momentos algo sobre el taichi.

Nacido en china en torno al siglo XIII, era una síntesis de ejercicios de artes marciales y meditación en posición sedente. Su legendario fundador fue Chang San Feng, inspirado por el combate entre una grulla y una serpiente enrollada. Diseñó un evolucionado sistema de autodefensa, no basado en la fuerza bruta sino en la potencia del flujo, la flexibilidad, la maleabilidad y el arraigamiento. Además de sus beneficios como arte marcial, el taichi permite cultivar un flujo saludable de energía vital o "qi".

Y otro día más cosas.


EJERCICIO PARA COMBATIR EL MIEDO

¿Quién es el cristiano o pagano que no ha tenido miedo, que no ha degustado su sabor amargo en el paladar?. El miedo puede ser bueno como instinto de supervivencia, para no arriesgarse sin más ni más a cruzar la calle, sabiendo como sabemos que los autos van como locos. Pero con frecuencia se convierte en un serio obstáculo para seguir viviendo. Ni nos atrevemos a salir de casa por miedo a que nos caiga una teja en la cocorota. En el Japón ya hay muchos jóvenes que se encierran en casa con sus inventos electrónicos e informáticos y se niegan a pisar la calle. La nueva enfermedad podría calificarse de miedo, puro y duro, a la vida. Para evitar que nos pase lo mismo, porque cuando en Japón pasa algo hay que echarse a temblar, puesto que nos llegará antes o después (cuando veas las barbas de tu vecino japonés pelar echa las tuyas a remojar) nuestro profesor particular Lin Yi, nos va a mostrar hoy un ejercicio para combatir el miedo. Está sacado del Taichi y de otra técnica de relajación cuyo nombre tengo en la punta de la lengua, pero no me acuerdo, ya se lo diré en una próxima ocasión.

Para los ejercicios de Lin Yi han puesto una especie de tatami en el suelo y Brunelli se está mareando de verle dar saltitos para acá y para allá. A punto está de pedir auxilio porque la exuberante vitalidad de Lin Yi es algo que dificilmente puede superar un hombre tranquilo como Brunelli. Por fin el profesor se detiene y se pone a mirar con intensidad a Olegario, que no es el único que está en el salón, pero sí el más atractivo para los ojos oblicuos de Lin Yi. Brunelli se marea definitivamente, se desmaya y resbala del sillón hasta el suelo. Allí queda espatarrado. Espero que alguien le cuente este ejercicio cuando se despierte. El profe comienza su disertación.

Chinito enseñal hoy cómo combatil el miedo. Si tenel miedo no sel capaces de nada, ni de salil a la calle. Por eso chinito aconsejal este ejelcicio cuando sentil vacio en el estómago y no podel ni pensal en complalse una balita de pan en el supelmelcado. Hagan como chinito y se les pasalá el miedo en un peliquete.

Primero ponelse de pie, descalzos si puede sel y soble una alfombla si puede sel. Planta de los pies apoyadas en el suelo, pielnas sepaladas a la altula de las caderas. Homblos distendidos pero no caidos. Cuelpo lelajado, balbilla estilada hacia adelante, luego podel dejal cael soble pecho. Lespilación suave.

Ahola imaginal que del centlo de la planta de los pies salen layitos luminosos. Allí estal punto de acupuntula que contlola los liñones, las glandulas suplalenales y pol tanto el miedo que tenél mucho que vel con la adlenalina.

Los layitos van atlavesando las difelentes capas del suelo hasta llegal al centlo de la tiela. Ustedes estal como pegados al suelo, como unidos al centlo de la tiela por esos layitos que podel sel de difelentes cololes. Otlo dia explicar chinito cómo manejal cololes. Hoy imaginal layitos colol blanco.

Lespilal suave, pol la naliz, sacal baliga, a la altula del diaflagma y estál así un buen lato. Notal cuelpo más sólido y más pegado tiela. La enelgía tiela sel buena pala olvidal ploblemas y quital ideas fijas. Chinito ahola hacelse como minelal y no hablal ni sentil nada. Chinito estal buen lato como una piedla. Así supelal miedo, porque las piedlas no tenel miedo. No despeltal chinito porque chinito ponél leloj mental y despeltal solo.

Y así dejamos a Lin Yi, como una estatua. ¡Lástima que Brunelli se haya perdido el único momento del día en el que "plofe" estál quieto!. Porque Lin Yi estál dando saltitos hasta dolmido. Y ustedes, si no tenél éxito este ejelcicio hablal plofesol Lin Yi, que decil qué falló de su ejelcicio. La semana que viene más, si plofesol Lin Yi quelél, que sel un poco lalo.

Chinito estál fadado por el nulo éxito de sus clases. Blunelli dolmil como un bendito. Eso significal que clase anteliol sobre combatil miedo tenel éxito pala él. Conveltil en minelal muy bien, jiji.

Ahola una nueva clase de chinito. Van a aplendel cómo bañarlse en la luz.

La luz sel folma de enelgía más pula. Es enelgía espilitual y situalse en el punto de la palte supeliol de la cabeza. Concentlalse en lespilal pensando en ese punto. Lespilal lenta y plofundamente.

Estál todos de pie. Pielnas sepaladas a la altula de las cadelas. Ponel blazos sepalados a los lados del cuelpo. Las manos milál hacia fuela y hacia aliba. Imaginal la luz lodeando la cabeza, los blazos y las manos. Si el día estál con nubes o glisaceo sel más difícil, pero podel hacel.

Al inspilal levantal los blazos hacia el cielo, los dedos apuntal hacia aliba. Imaginal entonces que la luz tocal los dedos. Con las manos levantal y sostenel la luz.

Seguil espilando y flexionando los codos, acelcando los dedos entle si por encima de la cabeza. Como si il a tocal cabeza con las dos manos pelo sin tocal cabeza y sin tocal manos. Imaginal que la luz está soble cabeza, allí leunida. Imaginál que luz penetlal por cabeza hasta lesto del cuelpo.

Ahola espilal, bajal manos por delante del cuelpo con palmas hacia abajo y puntas dedos enflentadas. Imaginal que tilal de la luz hacia el centlo del cuelpo. Luz penetlal inteliol del cuelpo y bajal pol pielnas hasta pies. Lepetil ejelcicio cinco veces.

Este ejelcicio mejolal enelgía, mejolal el qi. Con este ejelcicio chinito estál siemple vital, dando vueltas. Buen ejelcicio pala cuando estál deplimido. Nos vemos ploxima clase y sel buenos alumnos o chinito se enfadalá.


SR. PESTOLAZZI, DIRECTOR DEL HOTEL, PRIMER ESBOZO



EL SR. PESTOLAZZI, DIRECTOR DE HOTEL


Es un ejemplar de las que ya no quedan, pelota y atildado hasta el extremo. Siente admiración por el director de hotel en la película Pretty Woman. Su obsesión por las buenas maneras, la estética en el vestir, la psicología del cliente y el agradecimiento de quienes son algo en este mundo, le lleva al servilismo discreto,con los clientes normalitos, y al lameculismo indiscreto con los más ricos y poderosos.

Acostumbra a vigilar el ajetreo del hotel desde los lugares más inimaginables. Es adulador con los empleados bien vestidos, discretos y amables con la clientela y por el contrario es un perro de presa con los empleados mal vestidos, poco cuidadosos de su persona y desabridos con los clientes. Le tiene especial manía al botones, de quien conoce todas sus trampas para recaudar propinas a cualquier precio y sobre todo por su desaliño indumentario.

Pestolazzi gusta de usar mezclas de las colonias más caras y sofisticadas con las que se riega todo el cuerpo, hasta las partes más íntimas y toda la ropa hasta el interior de los bolsillos. Suele dar un pestazo a colonia que ahuyenta a todo bicho viviente. Èl, en cambio, piensa que las causas son otras: poca amabilidad por su parte, un toque más exquisito en su acicalamiento, una conversación más esmerada y mayor discreción. Tine un gran complejo de inferioridad, por eso a veces, se deja llevar por la cólera. Cuanto esto ocurre se refugia en su suite y se da de latigazos con una fusta equina.

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