2006-02-07 00:25:08
Juana sale, a paso seguro del Bar. Radamante la sigue, y ambos se encaminan al sector de la piscina.
Juana se siente en el borde.
–Siéntese Sr Rada... mire Usted, qué magnífico escenario –le dice con voz ida– ¿qué le parece la noche, no es hermosa?
Juana sale, a paso seguro del Bar. Radamante la sigue, y ambos se encaminan al sector de la piscina.
Juana se siente en el borde.
–Siéntese Sr Rada... mire Usted, qué magnífico escenario –le dice con voz ida– ¿qué le parece la noche, no es hermosa?
2006-02-07 14:03:12
Brunelli y Alvarito & Asociados visitan el Bar de Mórtimer.
Brunelli y Alvarito aparecen por el bar de Mórtimer, recién duchaditos y perfumados, con un impecable frac, regalo de D. Alcanfor, pajarita incluidad. A pesar de su aspecto impecable llevan las cejas chamuscadas, la cara quemada y las manos negras, como si llevaran guantes de enterrador, pero no los llevan.
Se ponen inmediatamente a servir consumiciones, un jerez por aquí, una botellita de espumoso por allá... Observan que el bar de Mórtimer está repletito, aunque parece que cada cual va a su bola. Algo nada extraño habida cuenta de que los bebedores tienen fama de solitarios y poco comunicativos. No así el Sr. Radamante y la señorita Juana que parecen embarcados en un "tete a tete" imparable. Bueno, para eso están los bares, para trabar conocimiento frente a una copita y contarse sus respectivas vidas.
Pero parece que abandonan el bar y se van a la piscina, ellos dos solitos, como dos tortolitos. Ni siquiera se despiden de la concurrencia. Esto habrá que arreglarlo, piensa Brunelli. Se acercan los carnavales y qué mejor lugar que el bar de Mórtimer para organizar algo sonado. Nada como una empresa común para elevar los ánimos y juntar los corazones.
¿Dónde está Mórtimer?. Les ha dejado una nota rogándoles que atiendan bien a la clientela. No les comenta los motivos de su ausencia. Un trabajo para Asta de Toro, sin duda. Puestos al día con las consumiciones se sirven un agua tónica (no inflamable) y comentan el éxito de Mórtimer.
-Algo tiene este hombre que atrae clientela, como fuente de agua fresca a sedientos caminantes-dice Brunelli admirado.
-No lo niego, pero algo hará el agua de fuego. Observe cómo beben, "seor" Brunelli, y qué me dice de su plática, auténticos picos de oro.
-no conozco ni a la mitad.
-Porque usted pasa más horas roncando que platicando. Yo haré de introductor de embajadores.
-Un momento alvarito, que veo una cara conocida.
Y sale de la barra par saludar a la Srta. Filo. Llega hasta el sofá, tapizado con piel de leopardo (artifical, por supuesto) y antes que la dama pueda apercibirse la toma de la mano y se la besa.
-Beso su mano, Srta. Filo, y a sus pies.
Y ante el asombro de toda la concurrencia se postra en la alfombra y besa el zapatito derecho de la dama. Las costuras reforzadas del frac chirrían, pero aguantan. Brunelli tiene dificultades para levantarse, debido a la redondez de su panza, que resbala en el alfombrado. Es ayudado por la concurrencia a levantarse, entre risas generales y regresa a su puesto de barman.
-¿Quiere que le pona al día respecto a la clientela?- dice Alvarito.
-Bueno- y Brunelli echa un chorro de ginebra en el agua tónica.
-¿Usted conocía a la señorita Nina?. Sí, esa señora del fondo, que parece estar más sola que la una. Está más buena que el pan. Y lleva un escote de no te muevas y mira lo que puedas. No hace más que preguntar por Mórtimer. Tal vez piense que está poniendo en la cámara frigorífica unas cuantas cajas de cerveza. Yo de usted, Brunelli, organizaba un carnaval y aprovechando las máscaras y la juerga trababa conocimiento... usted ya me entiende... jiji.
-Usted tiene mala memoria, Alvarito. La simpática Nina y un servidor se conocieron en "illo témpore", aunque reconozco que no tuve mucho tiempo para intimar con ella. Pero creo que tiene razón. Organicemos un carnaval, a ver si juntamos a estos bebedores empedernidos en una empresa común, algo así como el descubrimiento de América. Estos van a ser unos carnavales sonados. Ni los de Brasil, con todo el respeto del mundo... Alvarito, colega, ¿me haría usted el favor de buscar al Sr. Radamante y a la señorita Juana en la piscina?. A ver si les convencemos de que participen en el carnaval
Brunelli y Alvarito & Asociados visitan el Bar de Mórtimer.
Brunelli y Alvarito aparecen por el bar de Mórtimer, recién duchaditos y perfumados, con un impecable frac, regalo de D. Alcanfor, pajarita incluidad. A pesar de su aspecto impecable llevan las cejas chamuscadas, la cara quemada y las manos negras, como si llevaran guantes de enterrador, pero no los llevan.
Se ponen inmediatamente a servir consumiciones, un jerez por aquí, una botellita de espumoso por allá... Observan que el bar de Mórtimer está repletito, aunque parece que cada cual va a su bola. Algo nada extraño habida cuenta de que los bebedores tienen fama de solitarios y poco comunicativos. No así el Sr. Radamante y la señorita Juana que parecen embarcados en un "tete a tete" imparable. Bueno, para eso están los bares, para trabar conocimiento frente a una copita y contarse sus respectivas vidas.
Pero parece que abandonan el bar y se van a la piscina, ellos dos solitos, como dos tortolitos. Ni siquiera se despiden de la concurrencia. Esto habrá que arreglarlo, piensa Brunelli. Se acercan los carnavales y qué mejor lugar que el bar de Mórtimer para organizar algo sonado. Nada como una empresa común para elevar los ánimos y juntar los corazones.
¿Dónde está Mórtimer?. Les ha dejado una nota rogándoles que atiendan bien a la clientela. No les comenta los motivos de su ausencia. Un trabajo para Asta de Toro, sin duda. Puestos al día con las consumiciones se sirven un agua tónica (no inflamable) y comentan el éxito de Mórtimer.
-Algo tiene este hombre que atrae clientela, como fuente de agua fresca a sedientos caminantes-dice Brunelli admirado.
-No lo niego, pero algo hará el agua de fuego. Observe cómo beben, "seor" Brunelli, y qué me dice de su plática, auténticos picos de oro.
-no conozco ni a la mitad.
-Porque usted pasa más horas roncando que platicando. Yo haré de introductor de embajadores.
-Un momento alvarito, que veo una cara conocida.
Y sale de la barra par saludar a la Srta. Filo. Llega hasta el sofá, tapizado con piel de leopardo (artifical, por supuesto) y antes que la dama pueda apercibirse la toma de la mano y se la besa.
-Beso su mano, Srta. Filo, y a sus pies.
Y ante el asombro de toda la concurrencia se postra en la alfombra y besa el zapatito derecho de la dama. Las costuras reforzadas del frac chirrían, pero aguantan. Brunelli tiene dificultades para levantarse, debido a la redondez de su panza, que resbala en el alfombrado. Es ayudado por la concurrencia a levantarse, entre risas generales y regresa a su puesto de barman.
-¿Quiere que le pona al día respecto a la clientela?- dice Alvarito.
-Bueno- y Brunelli echa un chorro de ginebra en el agua tónica.
-¿Usted conocía a la señorita Nina?. Sí, esa señora del fondo, que parece estar más sola que la una. Está más buena que el pan. Y lleva un escote de no te muevas y mira lo que puedas. No hace más que preguntar por Mórtimer. Tal vez piense que está poniendo en la cámara frigorífica unas cuantas cajas de cerveza. Yo de usted, Brunelli, organizaba un carnaval y aprovechando las máscaras y la juerga trababa conocimiento... usted ya me entiende... jiji.
-Usted tiene mala memoria, Alvarito. La simpática Nina y un servidor se conocieron en "illo témpore", aunque reconozco que no tuve mucho tiempo para intimar con ella. Pero creo que tiene razón. Organicemos un carnaval, a ver si juntamos a estos bebedores empedernidos en una empresa común, algo así como el descubrimiento de América. Estos van a ser unos carnavales sonados. Ni los de Brasil, con todo el respeto del mundo... Alvarito, colega, ¿me haría usted el favor de buscar al Sr. Radamante y a la señorita Juana en la piscina?. A ver si les convencemos de que participen en el carnaval
2006-02-07 15:55:48
Doña Juana, hermosa me parece la noche, en su grata compañia, tanto mejor.
- Le cuento una cosa? Este fin de semana habrá una fiesta dionísiaca en esta piscina. Asi es que vaya escogiendo su disfraz. Puede hablar con mi amigo Jean-Pierre Lacoitture, para que le confeccione un traje griego: como Helena de Troya, realmente lucirá Usted encantadora......
- Perdón, me iba a decir algo?
Doña Juana, hermosa me parece la noche, en su grata compañia, tanto mejor.
- Le cuento una cosa? Este fin de semana habrá una fiesta dionísiaca en esta piscina. Asi es que vaya escogiendo su disfraz. Puede hablar con mi amigo Jean-Pierre Lacoitture, para que le confeccione un traje griego: como Helena de Troya, realmente lucirá Usted encantadora......
- Perdón, me iba a decir algo?
2006-02-07 21:08:39
–¿Una fiesta de disfraces? Ay, qué entretenido Sr Rada... me llevará dónde su amigo? es que yo no lo conozco... bien; le iba a hacer una pregunta.
¿Cree usted que yo estoy loca?
Radamante la mira sin atreverse a contestar y Juana, con los ojos brillantes por la emoción, le interpela:
–¿Sabe? yo lo traje hasta aquí para hacerle ver lo más importante que tengo. Mire allá arriba –dice Juana al punto que señala con el dedo–, es la Luna. Mi Luna. ¿Sabe usted sr Rada porque a los locos les dicen lunáticos?
–¿Una fiesta de disfraces? Ay, qué entretenido Sr Rada... me llevará dónde su amigo? es que yo no lo conozco... bien; le iba a hacer una pregunta.
¿Cree usted que yo estoy loca?
Radamante la mira sin atreverse a contestar y Juana, con los ojos brillantes por la emoción, le interpela:
–¿Sabe? yo lo traje hasta aquí para hacerle ver lo más importante que tengo. Mire allá arriba –dice Juana al punto que señala con el dedo–, es la Luna. Mi Luna. ¿Sabe usted sr Rada porque a los locos les dicen lunáticos?
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2006-02-07 21:49:13
Juana lo mira atónita un par de segundos. Cierra la boca pero al segundo la abre para despertar a todos los huéspedes con una estruendosa carcajada. –¡Claro que lo acompaño, claro que sí!!! Ay, pero yo también necesitaré un atuendo parafernálico... aaaaaaay!!!! Me ayudará con el maquillaje, vea usted Sr Rada, necesito una corona... si! una corona!! ¿acaso cree usted que soy cualquier lunática? ¡pues no!! Yo soy La Reina... la Reina Selenita –Ay, pero haremos tantos preparativos!!! sí!!!!!! me encantaaaaa!! Juana se levanta y comienza a saltar risueña por todo el borde de la piscina. Se detiene frente a radamante y le toma de las manos. –Ay, ahora que lo veo Sr Rada, ¿no le vendría mejor el plateado que el dorado? ah! pero lo vemos mañana, sí!!!!!!!! |
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Sin esquivar la pregunta,
Radamante responde a Juana:
- Si, querida Juana, ya veo que Usted es selenita, -mejor dicho- lunática. - Y bueno, no se pre-ocupe Usted por eso. Yo soy traficante en Energía Solar. - Mañana a primera hora la llevo donde mi socio Jean-Pierre Lacoitture, para que le confeccione su traje. Será una fiesta carioca al rededor de la piscina. Todo iluminado con velas. Vendrán doña Fiolomena Masturbano, Alvarito, la "simpática" NINA, amenizada por don Olegario Brunelli.... con mùsica, baile y cotillón. Hasta el Sabio Milarepa vendrá disfrazado junto con Cabeza Privilegiada. Ya tengo encargada las piezas para nuestros disfraces (el de Jean-Pierre y el mio). - Le puedo pedir un favor? Necesito que me acompañe a comprar zapatos de tacón alto dorados o plateados, pero numero 44 ¿entiende? - Y lo otro, tiene Usted set de maquillaje completo que me pueda facilitar? Carmin, rouge, sombra, etc.? Rimel no necesito, pues ya encargué unas pestañas postizas de cartulina. La piscina estará decorada con dos grandes falos iluminados por dentro.... y con cientos de velitas flotantes.... Será una fiesta estupenda. Como en el Teatro Mágico. ¿Que dice Uzté? ¿por qué me queda mirando asi? |
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